Una de las propiedades de nuestros envases es la barrera térmica, la cual permite “reducir la velocidad de aumento de la temperatura”. Aunque su origen lo encontramos en el sector de la prevención de incendios, lo cierto es que ya se ha extendido a otros muchos sectores. ¡Como el nuestro!
Normalmente, las barreras térmicas están formadas por tres capas diferentes. ¡Veamos!
- La capa externa, que presenta baja conductividad térmica.
- La capa intermedia, que es la que se ocupa de proteger contra la oxidación y la corrosión.
- La capa interna, formada por una superficie adherente.
En concreto, en el sector del packaging, el envasado y el termoformado, la barrera térmica cumple una función básica. Se ocupa de mantener la temperatura -bien sea refrigerada o no- de un producto, normalmente, un alimento. Además, evita que los productos se congelen en situaciones de extremo frío o que se calienten demasiado cuando las temperaturas se elevan.